septiembre 11, 2012

Te lo dará en forma de semilla...


Dicen que una vez un hombre, era perseguido por varios malhechores que querian matarlo. El hombre ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores a la que él se encontraba. Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios, de la siguiente manera: " Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".

En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que estaba escondido , y vio que apareció una arañita.

La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada.


El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:
"Señor te pedi ángeles, no una araña."

Y continuó:

-"Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme".

Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observó a la arañita tejiendo la telaraña.

Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva anterior y éste quedó esperando su muerte.

Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva que se encontraba el hombre, ya la arañita habia tapado toda la entrada, entonces se escuchó esta conversación:

- Vamos, Entremos a esta cueva - No. No ves que hasta hay telarañas, nadie ha entrado en esta cueva. Sigamos buscando en las demás .

Hay una frase muy bella que dice:
"Si le pides a Dios un árbol te lo dará, en forma de semilla".

Sólo puedes ser tú mismo


No puedes mejorarte. Y no estoy diciendo que el mejoramiento no pueda ocurrir -recuerda-, pero tú no puedes mejorarte. Cuando dejas de intentar mejorarte, la vida te mejora.

En esa relajación, en esa aceptación, la vida empieza a acariciarte, la vida empieza a fluir a través de ti.
Nadie ha sido como tú y nadie será como tú; simplemente eres único, incomparable. Acéptalo, ámalo, celébralo, y en esa misma aceptación comenzarás a ver que los demás son únicos, empezarás a ver su incomparable belleza.
El amor sólo es posible cuando hay una profunda aceptación de uno mismo, del otro, del mundo.
La aceptación crea el ambiente en el que crece el amor, el terreno en el que el amor florece.

Estás aquí porque la existencia te necesita tal como eres. ¡Si no fuera así habría puesto a otra persona en tu lugar!. La existencia no te habría ayudado a estar aquí, no te habría creado. Estás haciendo algo muy esencial, algo fundamental, tal como eres. Si Dios hubiera querido un Buda, lo habría creado, habría creado todos los que hubiera deseado. Produjo un Buda, eso fue suficiente, y se quedó satisfecho, completamente satisfecho. Desde entonces no ha creado otro Buda ni otro Cristo.
En cambio, te ha creado a ti. ¡Piensa en el respeto que el Universo te muestra!. Te ha elegido a tí.
Y la razón es que tú eres más necesario. Ahora mismo encajas más. Su trabajo ya está hecho, ellos han contribuido a la existencia con su fragancia. Ahora tú tienes que contribuir con la tuya.
Pero los moralistas, los puritanos, los sacerdotes siguen enseñándote, y siguen volviéndote loco. Dicen a la rosa: "conviértete en un loto". Y dicen al loto "¿Qué haces aquí?. Tienes que ser otra cosa". Vuelven loco a todo el jardín y todas las plantas empiezan a morirse; porque nadie puede ser otra cosa que lo que es, simplemente es imposible.
Eso es lo que le ha pasado a la humanidad. Todo el mundo aparenta. Se ha perdido la autenticidad, se ha perdido la verdad, todo el mundo trata de aparentar que es otra persona.
Mírate a ti mismo: pretender ser quien no eres.
Y sólo puedes ser tú mismo: no hay ningún otro camino y nunca lo ha habido; no hay ninguna posibilidad de que seas otra persona.
Seguirás siendo quien eres.

Puedes distrutar de ello y florecer, o puedes negarte y te marchitarás.

"SÉ FELIZ"


Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.

En un recodo del camino vió un letrero que decía: "Le quedan dos meses de vida"

Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo:
"Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean."

Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días, encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado.

Comprendió que para ser feliz se necesita amar; aceptar la vida como viene; disfrutar de lo pequeño y de lo grande; conocerse a sí mismo y aceptarse así como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer y valorar; tener razones para vivir y esperar y también razones para morir y descansar.

Entendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del cariño, la ternura y la comprensión. Que son instantes y momentos de plenitud y bienestar; que está unida y ligada a la forma de ver a la gente y de relacionarse con ella; que siempre está de salida y que para tenerla hay que gozar de paz interior.

Finalmente descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad y que sólo Dios es la fuente suprema de la alegría, por ser ÉL: amor, bondad, reconciliación, perdón y donación total.

Y en su mente recordó aquella sentencia que dice:
"Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos."

Ser Feliz, es una actitud.

A los hermanos ...


¡Has pasado por tantas cosas en tu vida! y no siempre
podemos decir que hayan sido buenas. Guardas en
el recuerdo muchas tristezas, amargura y soledad.
¡Ya déjalas volar, ya no te servirán!
Tienes, a pesar de tantos desconsuelos pasados,
un gran camino por delante. Dios espera tanto de ti...
Tienes más de lo que imaginas, no sabes cuántos lo quisieran tener.
Nunca te han querido prestar la atención necesaria y
han tratado de subestimar tus enormes capacidades, sin
embargo no han podido quitarte el tesoro
más grande que guardas en tu alma: aquel legado
que nació en los cielos y se plasmó en tu cuerpo.
No tengas miedo al futuro, confía en tus propias fuerzas
porque tienes un poder que todavía no haz desplegado.
No te dejes vencer en ningún momento, tan solo si es
necesario, apártate del camino y no te expongas a los
golpes gratuitos de los que no quieren tu evolución.
Traza el camino de oro desde tus raíces, desde tu pasado,
para proyectar el porvenir con toda sabiduría y no desdeñes
nunca lo adquirido en los nuevos tiempos, sopésalos en la balanza,
en su justa medida, que te dará el sentido común,
intégralos con arte y sagacidad para aprovechar mejor los
secretos de la vida y el destino.
Recuerda que siempre habrá alguien que se crea
más grande que tú y tal vez tenga una hora de poder en la que
demuestre orgullosamente superioridad, pero piensa
siempre que todo es momentáneo. Nadie, salvo Dios
es inefable.
Cultiva el buen trato hacia tus cosas, tus hermanos y
tu pueblo. Cuando el tiempo sea adverso y todo
sea dificultad, depresión y dolor, modifica
tu medio ambiente con amor, comprensión y voluntad.
¡ Modifícalo a través de la belleza !
No acumules lamento y auto compasión, porque esto
con el tiempo se transforma en orgullo y soberbia.
Si todos lo hicieran y se respetaran entre si, entonces
el camino ascendente de la evolución se abrirá acompañado
con el canto de los ángeles.
No compitas ni trates de imponerte a tus hermanos
movido por la vanidad o el egocentrismo, no busques que te
idolatren como otros quisieron hacer que tu hicieras con ellos.
No respondas a los
golpes con otros golpes, pues esto solo te enredará en
eternas disputas, las que en definitiva nunca han beneficiado a nadie.
Tu poder debe basarse en la buena educación y la sabiduría,
en la suavidad exterior y en
una fortaleza de acero en tu alma. No te doblegues jamás
ante los intereses mezquinos de quienes intentan contagiarte
de egoísmos paralizantes y orgullos fatuos.
Cuando te identifiques con el alma de tus hermanos, aún con sus
diferencias, te comprenderás y te complementarás en
una sola alma vibrante de amor, inteligencia y armonía, entonces
encontrarás la verdad y la fidelidad.
Entonces encontrarás el secreto de la felicidad y la vida eterna.
Y la vara de hierro Dios la pondrá en tus manos
para que junto a tus hijos hagas, nuevamente... un paraíso en la tierra.